Arquitectura tradicional

El valor de la arquitectura tradicional ha ido perdiendo importancia con el paso del tiempo. En algunas zonas es más notable este cambio pero es importante reconocer el significado de la misma en la historia para saber cómo conservarla.

En este artículo conoceremos más sobre este tipo de arquitectura.

Historia

La arquitectura tradicional es una manifestación importante de la identidad cultural de una comunidad. Se refiere a los edificios y construcciones que son representativas de las necesidades, valores y tradiciones de una región específica. Este tipo de arquitectura está muy relacionado en la historia y evolución de una comunidad ya que se adapta a su contexto geográfico, económico, social y cultural.

Las características clave de la arquitectura tradicional incluyen el tener presente un contexto cultural y social ya que la arquitectura tradicional refleja las costumbres, valores y formas de vida de la comunidad. Puede ser influenciada por factores religiosos, sociales y rituales, lo que la hace única para cada grupo cultural. También es importante mencionar que toman en cuenta materiales de construcción locales y disponibles en la región. Esto asegura que las construcciones sean apropiadas para el clima y el entorno y que estén en armonía con la naturaleza.

La funcionalidad es otro de los factores clave ya que la arquitectura tradicional se adapta a las necesidades prácticas de la comunidad. Puede estar diseñada para proteger contra condiciones climáticas extremas, cumplir con propósitos religiosos o cumplir con funciones sociales específicas.

Importancia

Las técnicas de construcción son transmitidas de generación en generación y pueden incorporar conocimientos ancestrales sobre cómo manejar los materiales con la finalidad de poder crear estructuras resistentes y duraderas. La arquitectura tradicional ayuda a establecer una identidad regional única y a preservar la historia y la herencia cultural de una comunidad. Dado que se basa en materiales locales y técnicas tradicionales, la arquitectura tradicional a menudo es sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

La arquitectura tradicional es un testimonio vivo de la historia y la cultura de una comunidad. Aunque puede coexistir con construcciones más modernas, es importante valorar y preservar la arquitectura tradicional como parte integral de la identidad cultural y como un legado para las generaciones futuras.

Fuente: Revista Credencial

Antecedentes

La combinación de la vegetación, la fauna, el clima, la topografía y la arquitectura son los factores que dan forma al paisaje. Este, a su vez, es un factor importante de cada región ya que le da esa singularidad y carácter distintivo a cada una de ellas. La arquitectura en este entorno surge de la evolución y adaptación de la comunidad a las condiciones del territorio, a los recursos naturales disponibles, a los acontecimientos históricos y a los modelos socioeconómicos que han evolucionado en cada una de las regiones.

Este desarrollo arquitectónico es el resultado de experiencias y saberes compartidos y transmitidos de una generación a otra, dejando una huella importante en la historia. Estos saberes se basan en las condiciones naturales específicas, respondiendo al clima particular, la ubicación geográfica y los materiales locales, que en muchos casos son reutilizados. Así, la arquitectura tradicional, como ya hemos mencionado, refleja la sostenibilidad, utilizando los recursos del entorno natural, contribuyendo a su regeneración y aprovechando lo que cada lugar proporciona según sus necesidades.

La arquitectura tradicional abarca una amplia variedad y su importancia es significativa como expresión de las diversas sociedades. El resultado es una gama diversa de arquitectura, tanto en las áreas rurales como en los conjuntos más urbanizados, ya que presenta una notable diversidad y sobre todo presenta un desafío de identidad. Por esto, es fundamental recordar que esta forma de arquitectura tiene una posición importante en la cultura y el patrimonio de cada región, no solo como parte de nuestra memoria y la identidad del lugar, sino también por su contribución a la sostenibilidad económica de los territorios donde se encuentra, lo que a su vez ayuda a poder definir su carácter.

Factores a tomar en cuenta

Es impresionante poder analizar cada lugar y darnos cuenta de cómo en su interior se desarrollan microclimas que, a su vez, influyen en la arquitectura local. Cada región posee su encanto característico, desde los grandes muros de piedra en climas fríos, pasando por arquitectura ligera y ventilada en áreas húmedas y lluviosas con paisajes incluso selváticos, hasta las construcciones empotradas en el suelo de hábitats en climas extremos. La arquitectura tradicional es esencial para comprender un lugar en su totalidad, ya que trae consigo la sabiduría acumulada de cada una de las particularidades y necesidades de cada rincón del planeta.

Sin embargo, muchas de estas manifestaciones arquitectónicas tradicionales están perdiendo su esencia debido a los cambios en el estilo de vida local. La tendencia hacia poder contar con sociedades más comunes y patrones similares de convivencia es lo que está haciendo que se pierda el valor distintivo de cada cultura local. Esto está dando lugar a un tipo de construcción más homogéneo y menos específico para cada entorno lo que suele ser confuso hablando de identidad en cada región. En ocasiones, nos dejamos llevar por modas pasajeras y efímeras, alejándonos de lo que realmente es necesario en el sitio donde estamos.

Fuente: Ferrovial Blog

Contexto adecuado

La arquitectura no puede separarse de los contextos en los que se encuentra, ya que es precisamente eso lo que la hace pertenecer en un territorio. Cada edificio, cada tipología, cada detalle constructivo y cada elección de material contienen una magia especial en el contexto natural en el que se encuentran.

La vida se mueve rápido, al igual que nosotros, y todo lo que nos rodea. Todo evoluciona y mejora, pero es fundamental recordar que la arquitectura tradicional es una fuente de aprendizaje para la arquitectura contemporánea. Por esta razón, es esencial recordar nuestras raíces y entender el motivo detrás de cada paso y de la apariencia de cada una de las construcciones, ya que esto nos ayudará a garantizar un funcionamiento adecuado del proyecto en su contexto.

Características principales

Cada construcción debe ser diseñada considerando el clima característico de la región y su capacidad para brindar resguardo contra las condiciones externas, tales como temperaturas extremas ya sean altas o bajas, humedad, precipitaciones dependiendo de la ubicación, lluvia o nieve y vientos. Para lograrlo, se utilizan muros adecuados para cada característica, sistemas de cubiertas y estructuras de soporte que mitiguen los efectos de las temperaturas frías o permitan la exclusión del calor, como en el caso de las cocinas. En resumen, una casa se puede sentir como un refugio que ofrece protección contra los elementos climáticos adversos.

La arquitectura tradicional se edifica empleando una amplia gama de materiales que han sido extraídos del entorno local. Estos incluyen piedra, tierra, madera y otros elementos de menor consistencia, los cuales influyen en la creación de diversas formas arquitectónicas. Las construcciones tienden a adecuarse a las características propias de la zona geográfica y a los elementos naturales presentes, como lo es por ejemplo el agua. En otras palabras, se adaptan al contexto específico de donde se encuentran.

Dada las técnicas empleadas y los resultados arquitectónicos alcanzados mediante la interacción entre seres humanos y el entorno, la arquitectura tradicional es considerada una parte que conforma el Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Ejemplos en diferentes países

Japón

La arquitectura tradicional japonesa se caracteriza por la construcción de edificios de madera con techos de tejas, paredes de papel y puertas correderas. Esta tradición arquitectónica ha sido influida por el budismo y el sintoísmo, y engloba notables ejemplos como templos, santuarios, casas de té y residencias de samuráis. Aunque la arquitectura moderna en Japón ha sido influenciada por las corrientes occidentales, aún mantiene algunos elementos arraigados en su tradición.

Históricamente, la gente solía sentarse en cojines o directamente en el suelo, y las sillas y mesas elevadas no fueron ampliamente utilizadas hasta el siglo XX. A partir del siglo XIX, Japón ha incorporado aspectos importantes de la arquitectura occidental, tanto moderna como posmoderna, en sus construcciones y diseños. En la actualidad, el país se destaca como líder en tecnología y diseño arquitectónico de avanzada.

China

La arquitectura tradicional china se caracteriza por seguir los principios de equilibrio y simetría en la distribución de los espacios. El eje central es fundamental en esta estructura, con las construcciones secundarias donde la simetría se da a ambos lados, creando un patio central y las habitaciones principales. Esta disposición se aplica tanto en viviendas como en edificios oficiales, templos y palacios, los cuales reflejan los valores éticos y sociales de la cultura china en la organización del espacio interior.

Otro rasgo distintivo es su enfoque en la articulación y la simetría bilateral, lo cual busca resaltar el equilibrio como objetivo principal. Esta simetría bilateral está presente en toda la arquitectura china, desde grandes complejos y palacios hasta modestas granjas. En la renovación o ampliación de una casa, se intenta mantener esta simetría siempre que el presupuesto lo permita, lo cual es importante para la preservación de la estética y el significado cultural.

Grecia

Uno de los aspectos más destacados de la arquitectura tradicional griega es la paleta de colores que emplea, caracterizada por tonos neutros que armonizan con el entorno natural circundante. Frecuentemente, se opta por colores como el blanco, que proporciona uniformidad y una sensación de amplitud.

En ocasiones, se eligen tonalidades crema para complementar los blancos y fundirse con el paisaje, creando contrastes con el verde de los árboles o el azul de las aguas cristalinas del mar. Los materiales utilizados varían según la ubicación de la construcción. En áreas rurales o costeras, los bloques de arcilla son predominantes, ofreciendo solidez. Además, se emplea madera y bloques de concreto, a menudo adornados con tejas, las cuales también varían según las condiciones climáticas locales.

Estas encantadoras y hermosas viviendas están construidas estratégicamente con diversos materiales para resistir las fuerzas de la naturaleza, teniendo en cuenta el entorno y el clima específico del lugar. Se considera si el ambiente es propenso a la sequía o a lluvias prolongadas, adaptándose de manera sabia a las condiciones naturales circundantes.

Suiza

La arquitectura rústica en Suiza hace referencia a los enfoques tradicionales empleados en la edificación de viviendas rurales en el país, los cuales van cambiando según la ubicación geográfica y se distinguen principalmente en la meseta suiza, el Jura y los Alpes.

En las zonas orientales y noreste de la nación, como en las ciudades de esa misma región, se ha implementado la construcción de casas de madera, mientras que la utilización de piedra en la edificación, especialmente en el norte y oeste, se ha mantenido desde los siglos XI y XII. Hacia el sur de la región alpina, la técnica de construcción predominante es la piedra seca. Por otro lado, la construcción con madera ha continuado siendo común en la meseta central, en áreas como Argovia y Berna, incluso hasta el siglo XIX.

Fuente: Pinterest

Arquitectura tradicional y cambio climático

Debido al fenómeno del calentamiento global y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, las ciudades se enfrentan cada vez más al riesgo de experimentar temperaturas extremadamente altas.

Este peligro es especialmente pronunciado en áreas como el Golfo Pérsico, donde se proyecta que las temperaturas promedio podrían superar los 50°C en el transcurso de este siglo. Otras partes del mundo tampoco serán inmunes a las olas de calor intensas, tal como se evidenció en Europa durante el verano de 2019, cuando se establecieron nuevos récords de temperatura en países como Francia, Suiza y el Reino Unido.

La forma en que vivimos y la arquitectura de nuestra época están fuertemente ligadas al uso generalizado del aire acondicionado y a materiales de construcción relativamente modernos, como el vidrio, el asfalto y el concreto. Sin embargo, estos materiales resultan inadecuados para hacer frente a las altas temperaturas. Por ejemplo, el vidrio refleja la radiación solar hacia los alrededores de los edificios, creando zonas de calor que pueden generar un efecto invernadero en su interior. El asfalto, por su parte, absorbe una gran cantidad de calor solar, aumentando el calentamiento del entorno.

En cuanto al concreto, su fabricación intensiva en energía contribuye significativamente a las emisiones de CO2 y al calentamiento global. Además, es importante destacar que las normas urbanas a menudo no favorecen el uso del transporte público, lo que conduce a la dependencia de vehículos privados que aumentan la contaminación del aire y generan zonas de calor cuando se combinan con los sistemas de aire acondicionado de los edificios.

Modo de vida en la antigüedad

Antes de la adopción del estilo de vida contemporáneo, la mayoría de los habitantes del mundo vivían en armonía con su entorno de una manera más acorde. En diversas regiones de Oriente Medio, el Golfo Pérsico y África, las comunidades se dedicaban a la agricultura en oasis y aldeas, sobrevivían a partir de la pesca, llevaban una vida nómada en medio del desierto o vivían en ciudades con estructuras urbanas y construcciones más tradicionales.

La elección de materiales para la construcción de viviendas provenía de los recursos cercanos, eran sostenibles y se ajustaban a sus formas de vida. Además, estos materiales se producían y utilizaban siguiendo principios similares a los que hoy en día se promueven en el concepto de economía circular.

Materiales naturales

En las zonas cálidas de estos países, la planificación urbana y la arquitectura estaban orientadas hacia la optimización de áreas con sombra, la minimización del aumento de temperatura causado por la radiación solar directa e indirecta, la regulación térmica de las construcciones y también poder hacer efectiva la circulación del aire para refrescar el entorno.

Las calles solían estar pavimentadas con piedra natural o simplemente cubiertas de arena, lo que les permitía reaccionar mejor a las altas temperaturas sin retener el calor como el asfalto lo hace en la actualidad. Además, el diseño estrecho de las calles y la proximidad de las casas que las rodeaban reducían al mínimo la porción de los edificios expuesta a la radiación solar y en consecuencia, el aumento de temperatura durante el día.

Fuente: Malanga Blue

Conservación de la arquitectura tradicional

El valor de las construcciones tradicionales ha evolucionado de ser únicamente material, lo cual ha sido apreciado a lo largo de la historia, a adquirir progresivamente un valor cultural al convertirse en testimonios cada vez más preciados. Este cambio de percepción también ha afectado a los países más desarrollados, quienes han reflexionado de manera consciente o subconsciente sobre su legado histórico y han difundido el concepto de patrimonio con una fuerza notable en tiempos recientes. Esta alta valoración no habría sido posible en épocas pasadas cuando los métodos tradicionales de construcción todavía estaban en uso y se reproducían de manera constante.

En la actualidad, especialmente en relación a construcciones históricas y la arquitectura en relación con el entorno, lo que se intenta preservar no es simplemente el pasado, sino más bien un reflejo cultural de la diversidad y lo nativo que es difícil de reproducir en gran medida hoy en día.

Sin embargo, en las últimas décadas, hemos perdido más de la mitad de este patrimonio. Mientras se restauran y realzan edificios importantes, otro aspecto del patrimonio que nos conecta con la esencia integral del ser humano está desapareciendo poco a poco. Este proceso se ha acelerado en tiempos recientes y está ocurriendo a un ritmo aún mayor en la actualidad.

Podemos mencionar que, a pesar de que los centros históricos de las grandes ciudades, los cuales sufrieron daños significativos en años anteriores, están siendo mejor preservados en la actualidad, en las áreas urbanas de tamaño medio y menor, el patrimonio tradicional está desvaneciéndose con el paso del tiempo sin haber aún una clara solución.

¿Quien escribió este artículo?

Naomi Santa Olalla

Arquitecta y diseñadora de interiores.
Me gusta escribir y leer artículos relacionados con proyectos arquitectónicos y también conocer su solución en cuanto al interiorismo.


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