El Palacio de Bellas Artes, es uno de los edificios más importantes de la Ciudad de México. En este artículo vamos a conocer más detalles sobre su historia y construcción…
Historia
El Palacio de Bellas Artes es uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México. Es conocido por ser uno de los edificios multifuncionales que se encuentran en el centro del país. El valor patrimonial del mismo, así como también su valor histórico lo han llevado a ser declarado como monumento artístico de la nación por el gobierno del país en el año de 1987. Este edificio, por algunos años fue sede del INBA, el Instituto Nacional de Bellas Artes.
El proceso de construcción de este edificio tan importante tuvo sus inicios dentro del periodo del Porfiriato, en el año 1904 para ser exactos. Esto sucedió un poco antes de que ocurriera la Revolución Mexicana y uno de los objetivos principales de este edificio era que estaba pensado para ser la nueva sede del Teatro Nacional de la ciudad.
Originalmente el diseño fue iniciado por el arquitecto de origen italiano Adamo Boari, pero el edificio sufrió varias interrupciones en su construcción antes de que Federico Mariscal pudiera concluir la obra arquitectónica. La construcción de la obra tuvo que ser suspendida en el año 1916 para luego de dos intentos, retomarla en el año 1919 y 1928. Después de este largo proceso, el trabajo pudo ser retomado en 1931 bajo el arquitecto Federico Mariscal y finalmente fue inaugurado en 1934.
Uno de los aspectos que más influyó en el término de la obra fue la crisis política que dio como resultado la Revolución Mexicana, aunque hubo más como la falta de recursos económicos, técnicos y también el hundimiento del terreno donde se construyó el palacio.
Adamo Boari
Adamo Boari era conocido como el arquitecto favorito del periodo del Porfiriato. Boari estudió ingeniería civil en la Universidad de Bolonia, donde se especializó en ingeniería ferroviaria. Poco tiempo después de la Feria Mundial en 1893 tuvo uno de los encargos más importantes de su carrera, el llevar el proyecto del Templo Expiatorio de Guadalajara. No fue hasta el año 1899 que Adamo Boari ganó el concurso para poder diseñar el nuevo Teatro Nacional de México.
Pero para poder llevar a cabo este proyecto, Adamo Boari viajó a Europa y también a Estados Unidos. Esto le sirvió bastante para aprender nuevas tecnologías arquitectónicas y teatrales. Poco antes de poder regresar a México en 1907, pasó un tiempo en el estudio del famoso Frank Lloyd Wright. Después de esto, se tuvo un periodo corto para continuar la construcción del teatro hasta que fue interrumpido el proceso por la Revolución Mexicana. Esta fue una de las razones por las que Adamo Boari, regresó a Italia donde falleció en el año 1928 sin poder ver finalizada su obra arquitectónica.
De acuerdo con las innovaciones que Boari pudo aprender en Europa, la estructura del teatro fue realizada con acero. Pero de acuerdo con los estilos de aquella época, se mencionaba que se tenía que revestir la estructura para no dejar un aspecto inacabado de la misma. Por este motivo, el exterior del ahora Palacio de Bellas Artes, fue recubierto con mármol el cual fue traído de las canteras del Cerro de Tenayo en el Estado de México y de Guerrero. El diseño del exterior, fue completamente obra de Boari el cual integró elementos del Art Nouveau y también del Neoclásico el cual complementaba de forma perfecta las ideas del Porfiriato que era el imitar una metrópoli europea en el país.

Federico Mariscal
Federico Mariscal fue el encargado de seguir con el proyecto de Adamo Boari para la construcción del Teatro Nacional. Él era de origen mexicano graduado de la Academia de San Carlos el cual era también un historiador, crítico y también teórico de arquitectura. La Puerta de los Leones, en la entrada al Bosque de Chapultepec, fue uno de sus primeros proyectos después de haberse recibido en 1903. Otro de los proyectos importantes que tuvo el arquitecto fue el Teatro Esperanza Iris y el edificio del Departamento en la Ciudad de México.
Gracias a su arduo trabajo como académico e historiador, fue uno de los encargados en definir la arquitectura del siglo XX peleando por una arquitectura realmente mexicana. Esto era a la vez una contraparte al eclecticismo francés del régimen del Porfiriato. Es por eso que el interior del Palacio de Bellas Artes tiene algunos círculos académicos llamados «Neoprehispánicos» debido a las imágenes clásicas de las deidades que veneraban los aztecas.
En el año en el que Federico Mariscal empieza a tomar el proyecto, el exterior estaba casi completamente terminado, por lo que él se enfocó prácticamente a terminar el sistema cupular y también los interiores del edificio. Los tiempos en ese año, habían cambiado completamente ya que en esa época estaba de moda el Art Decó lo cual se puede ver hasta nuestros días reflejado en algunos motivos y líneas estilizadas de las luminarias, taquillas, escaleras e incluso en la tipografía usada para el diseño de la señalética del teatro.
Algunas de las esculturas que adornan la fachada del palacio, eran originalmente para el proyecto del Palacio del Poder Legislativo el cual es hoy en día el Monumento a la Revolución. Estas fueron realizadas por artistas franceses en mármol de Carrara.

Características principales
La construcción del edificio, pretendía mostrar los ideales de universalidad y el progreso de los inicios del siglo. Para ese momento, el estilo era el Art Nouveau que fue un movimiento artístico que surgió casi a finales del siglo XIX. Una de las ventajas de este nuevo movimiento artístico era que pretendía implementar el uso de nuevos materiales industrializados los cuales eran usados en ese entonces por las artes. Por otro lado también pretendía restaurar aquellos valores considerados estéticos que la Revolución Industrial se había llevado, en especial dentro de la arquitectura y en los objetos cotidianos.
La línea curva fue una de las más grandes innovaciones dentro de esta estética. Con ella se pretendía romper la dureza de algunos materiales industrializados. Algunos de estos motivos decorativos fueron formas suaves y elementos de la naturaleza.
La responsable de encargarse de la manufactura e instalación de los acabados interiores, fue la Casa de la Herrería de Edgar Brandt. Ellos llevaron a cabo la herrería, candiles, lampadarios, entre otros elementos colocados en los interiores del Palacio de Bellas Artes.
En cuanto a los exteriores, el mármol fue el material protagonista y también fue colocado en algunas partes de los interiores. Sólo que en estos espacios resaltaba más el uso del mármol rojo y el mármol negro el cual daba una sensación de elegancia y distinción.
Hoy en día podemos ver que existen varios elementos que caracterizan a la explanada del Palacio de Bellas Artes como por ejemplo los pegasos los cuales fueron fabricados por Agustín Querol Subirats. Estas esculturas estaban destinadas para ir en el techo del teatro pero en el año de 1921 fueron movidos a la Plaza de la Constitución. Estos fueron regresados en 1928 situados sobre un pedestal de mármol mexicano.

Art Decó
Cuando Federico Mariscal, continúa con el proyecto de terminar el Palacio de Bellas Artes, estaba en el mandato Pascual Ortiz Rubio y en aquellos años que fueron después de la Primera Guerra Mundial, el Art Nouveau ya había perdido su esencia.
Es por eso que después de este periodo surge el Art Decó, el cual fue una nueva estética que fue propuesta por vanguardistas del siglo XX especialmente en el futurismo, cubismo y constructivismo. También fue muy importante en la influencia de la Bauhaus.
Es por eso que el Palacio de Bellas Artes, unió elementos característicos de este estilo, los cuales se conformaban por ondas y sensualidad propias de estos movimientos dando un mayor racionalismo estético.

Símbolos importantes
Algunos de los símbolos que fueron colocados en el Palacio de Bellas Artes, invocan claramente al nacionalismo gracias a elementos estéticos mexicanos. Muchas personas pueden llegar a pensar que la visión que tenía el arquitecto Federico Mariscal en ese entonces, ignoraba los nuevos caminos culturales, políticos y sociales por los que estaba pasando el país pero eso no era cierto. El arquitecto se mostraba abierto culturalmente de acuerdo a los tiempos históricos por los que atravesaba el país.
Para el año de 1920, no sólo habían tenido motivos artísticos para mostrar el nacionalismo de la mano de personas como el Dr. Atl o conocido también como Gerardo Murillo. El muralismo mexicano también se había convertido en una parte importante para el país en esa época.
El arquitecto Mariscal tuvo que comprometerse con el poder reivindicar los elementos estéticos de la cultura mexicana. Es por eso que de alguna forma, el Palacio de Bellas Artes representa el proceso de transición social, política, estética y cultural por los que estaba pasando el país durante esos años.
El cambio cultural cabe mencionar que no solamente se expresó con la estética del palacio. También se expresó en el concepto que tenía todo el proyecto en sí y también con la función del mismo.
Para el arquitecto Boari, el palacio había sido concebido como un gran teatro con espacios adornados para las personas pertenecientes a las élites de la época. En cambio, Mariscal tenía en mente hacer del edificio un espacio para exhibición del arte nacional. Esta fue una de las razones para que también el edificio cambiara su nombre, ya que de Teatro Nacional, pasó a ser el Palacio de Bellas Artes.

Espacio multidisciplinario
En el libro El Palacio de Bellas Artes desde su concepción hasta nuestros días podemos darnos cuenta que menciona que el palacio cuenta con dos museos, obras murales, librerías, salas de conferencias, un restaurante, oficinas, estacionamiento y un teatro con todas sus instalaciones. En esta descripción del palacio podemos darnos cuenta de todas las actividades que se pueden realizar dentro de este gran complejo.
El Palacio de Bellas Artes cuenta con una importante sala de teatro ya que en sus inicios como construcción había sido planeado para ser la sede del antiguo Teatro Nacional. Es por eso que el temor que se generaba por tener algún incendio en la parte interior del teatro hizo que el primer arquitecto a cargo, Boari, propusiera una nueva idea. Esta idea se basaba prácticamente en un muro de acero rígido con una pared doble y con un revestimiento hecho de láminas acanaladas. En estas láminas se colocaría una representación de los volcanes del Valle de México, los conocidos Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
La idea de Boari fue llevada a cabo por el pintor y también diseñador de escenarios Harry Stoner, proveniente de la ciudad de Nueva York. Dicha obra fue llevada a cabo con casi un millón de piezas de vidrio opalescente que tenía reflejos metálicos. Cada una de las piezas usadas tenía medidas de 2 cm.
Elementos estructurales
Aparte de las características de las cuales ya hemos hablado, se incluyen rasgos de carácter estilístico y también histórico, los cuales son entrelazados unos con otros. Podemos hacer mención de algunos detalles aplicados al recinto e incluso, algunos detalles constructivos los cuales son mencionados también en el libro que ya se mencionó anteriormente.
El edificio, cuenta con una altura total de 53 metros, tiene tres entradas en la fachada principal y un vestíbulo de forma rectangular con acabado en mármol rojo en paredes y columnas con collares de estaño, pilastras y granito colocado en los nichos. El palacio cuenta también con cuatro taquillas con ventanas forjadas en cobre patinado y bronceado.
Tiene cinco escaleras, de las cuales tres son hechas en mármol negro y las laterales son de granito noruego. Se distingue también por tener una triple cúpula ubicada en el centro. La iluminación artificial del lugar está hecha con luz difusa indirecta colocada en plafones y cúpula, cuenta con cuatro lámparas y en el último nivel podemos ver otras cuatro lámparas con detalles representativos al Dios maya Chac.
Tiene también unas ventanas pequeñas colocadas en los inicios de las semi cúpulas y siete ventanales de gran tamaño en dos de sus lados, norte y sur. Cuenta con arcos como sostén de las cúpulas en las columnas y superficies que se encuentran abajo de las escaleras.
En total, el Palacio de Bellas Artes necesitó de 30 años para poder llevarse a cabo. En la fachada principal podemos ver que el edificio en su totalidad está hecho de mármol de Carrara. Algunas de las esculturas como los querubines, fueron hechas con la finalidad de representar la inspiración y la música.

Espacios interiores
En los interiores podemos ver que destacan varios de los elementos, entre los que más destacan sin duda son los diferentes tipos de mármoles que provienen de diferentes partes. Otros de los detalles que no podemos olvidar son los mascarones de Chac en los paneles de luz, las impresionantes cúpulas y los murales de diferentes autores como lo son Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Jorge González Camarena, entre otros.
La sala principal del teatro cuenta con espacio suficiente para albergar a aproximadamente 1, 667 personas. Otros de los detalles que suelen llamar la atención de este espacio es el enorme telón idea de Boari, el cual tiene como representación a los volcanes y también la enorme lámpara de cristal ubicada en el centro con las figuras del Apolo y las musas de las artes.
Decoración
La decoración de este recinto, tuvo la participación de varias personalidades internacionales. Los responsables de una de las primeras etapas del proyecto tuvieron que buscar artistas internacionales para poder colocar acabados y decoración de primera. Esto demuestra la parte de la universalidad de la que hablábamos anteriormente con la que estaba planeado dicho proyecto desde sus inicios. En este caso podemos mencionar que se hizo de este modo para hacer que México pudiera estar en la misma sintonía que el mundo moderno y esto también podía verse reflejado en el resto de América Latina.
Algunos de los artistas que pudieron participar en el proyecto fueron Leonardo Bistolfi, quien fue el responsable de realizar las esculturas de la fachada principal junto con Alexandro Mazucotelli el cual era experto en el arte de la herrería exterior de estilo Art Nouveau.
Por otra parte, Géza Maróti, estuvo a cargo de la parte del remate de la cúpula y también del plafón luminoso el cual está ubicado en la sala de espectáculos y también del mosaico ubicado sobre el arco mural.
Museo Nacional de Arquitectura
Dentro del Palacio de Bellas Artes, podemos encontrar el famoso Museo Nacional de Arquitectura de la Ciudad de México. En este espacio se tienen exposiciones temporales de arquitectura contemporánea. En este espacio las personas que lo visiten pueden conocer más sobre el trabajo de algunos arquitectos mexicanos como lo son Luis Barragán y Jaime Ortiz Monasterio, así como también de Adamo Boari donde podremos encontrar maquetas, planos y fotografías de algunas de sus obras.
Sin duda el ahora Palacio de Bellas Artes es una de las joyas más importantes con las que cuenta la Ciudad de México. Y también es uno de los espacios que no pueden faltar si algún día estás de visita en la zona centro de la capital del país.