¿Qué es la patología en la construcción?

Uno de los temas más importantes dentro de la construcción son las patologías. Es importante conocer de ellas para saber si nuestra construcción se encuentra en óptimas condiciones y de no ser así, buscar las medidas necesarias para solucionarlas.

Patologías

La palabra «patología» tiene su origen en el griego antiguo pathos y logos, y en términos generales, se refiere al estudio de las enfermedades. En el contexto de la construcción, la patología constructiva aborda los problemas constructivos que surgen en un edificio o en alguna de sus partes después de haberse completado el proceso de construcción del mismo.

En este caso, podemos usar el término «patología» para poder entonces hacer referencia a la ciencia que estudia los problemas constructivos, su proceso y sus soluciones. Esto se usará en lugar de emplear el plural, que suele ser común al referirse a problemas concretos. Es de suma importancia hacer énfasis en esta diferencia, ya que es un error común en la jerga cotidiana de los técnicos y profesionales.

En este mismo tema, entran diferentes conceptos como lo es el caso de la patología preventiva. Esta se centra más en poder considerar la funcionalidad constructiva de los elementos y unidades que conforman un edificio, con la finalidad de que su durabilidad sea muy buena así como también su integridad. Esto implica adoptar medidas de diseño constructivo de forma adecuada, seleccionar materiales adecuados y llevar a cabo un mantenimiento y uso de forma apropiada. Con esto además podemos definir previamente las distintas intervenciones posibles a la construcción en la que estemos trabajando. A partir de aquí, el arquitecto puede decidir qué medidas son más adecuadas para evitar el proceso patológico y llevar a cabo la reparación necesaria.

Problemas constructivos

Para abordar un problema constructivo de manera completa y adecuada, es importante comprender su proceso, origen, qué es lo que lo causa, su evolución y el estado en el que se encuentra el proyecto en el que vamos a trabajar. Estos aspectos se combinan de forma secuencial para formar el proceso patológico en cuestión.

Esta secuencia temporal del proceso patológico se divide en tres partes distintas: el origen, la evolución y el resultado final. Para estudiar el proceso patológico, es conveniente seguir esta secuencia al revés, con esto, nosotros comenzaremos por observar el resultado de la lesión, luego los síntomas y siguiendo su evolución para así poder llegar a la causa que lo genera.

Este enfoque nos permitirá establecer tanto la estrategia de reparación como la hipótesis de prevención. La rehabilitación de un edificio implica restaurar sus funciones principales mediante diversas intervenciones en los elementos que han perdido su función constructiva o han sufrido deterioro en su integridad o apariencia. La fragilidad de las edificaciones a menudo se manifiesta en forma de patologías que afectan a las estructuras, provocando diversos efectos, desde daños insignificantes y molestias para los ocupantes, hasta daños importantes que podrían llevar al colapso total o parcial del edificio.

Para intervenir en estos elementos constructivos, además de realizar estudios previos, es fundamental considerar el edificio en cuestión como un objeto físico el cual está compuesto por elementos con características geométricas, mecánicas, físicas y químicas específicas, que pueden experimentar procesos lesivos o patológicos en estos casos.

¿Cuáles son las más comunes?

Las humedades son uno de los problemas más comunes que se encuentran en edificaciones, especialmente en las de uso residencial. Además de afectar el aspecto estético, también representan una gran molestia para las condiciones de salubridad y habitabilidad. Poder determinar su origen suele ser complicado y requiere un análisis detallado para encontrar la causa y finalmente, la solución adecuada según sea cada caso.

Entre las causas más frecuentes se encuentran filtraciones de agua por fachadas y losas, humedades por origen freático al filtrarse desde el sótano, así como aquellas presentes en paredes y techos debido a la existencia de puentes térmicos, y las ocasionadas por escapes o roturas de tuberías, desagües y equipos de calefacción.

Las grietas que en ocasiones aparecen en fachadas, tabiques, vigas y columnas no solo son un problema estético o una señal de posibles fallos en la construcción, sino que también permiten el ingreso de agentes externos que aceleran el deterioro del concreto o de los materiales con los que esté construido el objeto arquitectónico. Cuando estos desperfectos ocurren en áreas inseguras como las fachadas, representan un grave problema de seguridad debido al riesgo de desprendimientos de elementos como cornisas, revestimientos, aleros, cantos de terrazas o balcones.

En cuanto a las estructuras metálicas expuestas al ambiente, como las que forman el armazón de naves industriales, suelen manifestar signos de patologías causadas principalmente por factores externos, como la oxidación y corrosión, abrasiones por roces y deformaciones provocadas por golpes o sobrecargas.

¿Cuáles son sus principales causas?

Las posibles razones detrás del deterioro de las edificaciones las platicaremos a continuación ya que dependiendo del proyecto o del caso en el que se encuentre, serán diferentes ya que los materiales también son uno de los factores importantes para poder determinar cuál es la patología que se tiene.

Es importante destacar que existe una interrelación entre las causas de la patología, lo que hace difícil aislar cada una de ellas, pero se puede sintetizar sus orígenes comunes. La presencia de agua en diversos aspectos de la construcción o en el suelo es una de ellas. Los patrones de deterioro relacionados con la presencia de agua pueden originarse en el contexto del edificio debido a filtraciones subterráneas o superficiales, causadas por lluvia, nieve, cambios en el nivel freático del suelo, filtraciones en sistemas hidráulicos, e incluso en los procesos constructivos.

Los movimientos de los materiales o del sitio donde se encuentre la edificación constituyen otra causa. Estos patrones de deterioro surgen debido a movimientos del terreno o variaciones en la composición original de los suelos. Pueden ser causados por cambios en las cargas aplicadas a la edificación o inclusive por vibraciones externas o internas que afectan la estructura, lo que provoca alteraciones en el estado de los elementos que conforman la construcción. Estas variaciones pueden deberse a cambios en las condiciones térmicas o higrotérmicas, así como a procesos físicos de deformación y flexión.

Diversas acciones

Además, existen las acciones físicas, químicas o biológicas como otro factor de deterioro. Esto incluye la acción de la radiación solar, procesos químicos de carbonatación y/o sulfatación, así como procesos químicos los cuales en ocasiones son causados por la presencia de humedad en los elementos constructivos. También pueden estar implicadas sales en los materiales o procesos biológicos debido a la presencia de xilófagos, hongos, entre muchos otros elementos otros.

El origen de todos estos deterioros puede deberse a causas importantes, como la ubicación geográfica de la edificación, o a causas inherentes a su diseño y construcción; mientras que las causas extrínsecas incluyen agentes naturales y acciones del ser humano.

Daños más comunes

Fisuras, grietas y carbonatación

A simple vista, se puede distinguir entre fisuras y grietas por su tamaño. Las fisuras son más pequeñas, con dimensiones de hasta 2 milímetros y tienen una apariencia similar a un mapa. Por otro lado, están las grietas las cuales superan los 2 milímetros y pueden ser tanto verticales como horizontales. Las fisuras generalmente surgen debido a que el mortero se retrae, que puede deberse a un secado rápido de los revestimientos, cambios bruscos de humedad y temperatura, o al deterioro natural con el paso del tiempo. En cambio, las grietas pueden ser consecuencia de un diseño de la estructura que no se hizo de forma correcta, movimientos en los cimientos, defectos en la construcción o ciclos de contracción y dilatación que afectan las uniones entre los materiales.

En relación a la carbonatación, se trata de una reacción química que ocurre cuando el pH de la armadura de acero disminuye, lo que permite la progresión de la corrosión. Esta disminución del pH, que suele ocurrir de manera gradual, se produce por la reacción del hidróxido cálcico o cal apagada con el dióxido de carbono o también conocido como CO2 el cual está presente en el aire, formando carbonato cálcico. Esta corrosión puede ocasionar daños graves en la estructura del edificio y resultar en costosas reparaciones al corroer el acero presente en el concreto de la obra.

Alcalinidad, moho y humedad

La presencia de alcalinidad puede causar daños a los edificios si no se protege adecuadamente el concreto, los morteros que se hayan usado en la construcción o incluso, el cemento fresco. Generalmente, esto se manifiesta con manchas de color blanco en la fachada y un cambio en los colores de la pintura exterior. También puede ocurrir cuando no se ha dado suficiente tiempo de curado a los cementos frescos antes de aplicar la pintura.

Durante la construcción de un edificio, es crucial evitar el uso de morteros con alta alcalinidad y respetar los tiempos de secado de los materiales. Además, es fundamental poder controlar la humedad ambiental. El aislamiento térmico puede ayudar a prevenir condensaciones, y se pueden implementar mejoras constructivas para combatir la capilaridad. Si el daño ya está presente, es necesario limpiar las manchas y aplicar una nueva medida de protección al soporte, asegurándose de respetar los tiempos de secado recomendados.

Con el tiempo, la humedad ambiental puede provocar la aparición de manchas de color verde y moho en las superficies de los edificios, especialmente si hay vegetación cercana y según la orientación de la casa. El uso de pinturas impermeables puede prevenir la aparición de estas manchas de color negro o verde oscuro. Antes de aplicar pintura en una pared con moho, es esencial cepillarla a fondo para eliminar este color por la presencia de este tipo de hongo y limpiarla con agua para eliminarlo.

Humedad por capilaridad

Las causas de los desconchados y embolsados que pueden aparecer en un edificio pueden atribuirse a dos factores principales: una mala adherencia de la pintura al sustrato o problemas de humedad por capilaridad. En el primer caso, la pintura nueva puede no adherirse de una forma correcta si se aplica sobre una superficie sucia o descascarada. En el segundo caso, algunos materiales de construcción pueden tener una porosidad muy alta lo cual favorece el ascenso de la humedad, arrastrando consigo las sales presentes en el material. Este proceso es el responsable de la formación de varias manchas en la pared las cuales pueden llegar a manifestarse como manchas de colores blancos o grises.

¿Cómo detectar una patología?

El análisis de la patología en una construcción se basa en un enfoque sistemático que conduce a un diagnóstico completo del edificio. En este proceso, se identifican los patrones de deterioro y las interrelaciones entre ellos para examinar las causas responsables de los daños en la estructura. Finalmente, se ofrecen recomendaciones adecuadas para la estabilización y rehabilitación del edificio.

Primer paso

La fase inicial del estudio se enfoca en investigar el origen de la patología. Es esencial comenzar con una descripción detallada de los patrones de deterioro observados en la edificación. El objetivo es complementar estas observaciones con registros precisos de las patologías en los planos de calificación, lo que permite una lectura integral de los procesos de deterioro. Asimismo, se realizan estudios técnicos que examinan las condiciones constructivas del edificio y el estado del suelo. Estos estudios incluyen las especificaciones originales de la construcción, sus dimensiones y la composición de los materiales utilizados.

Para determinar el grado de deterioro de la estructura o los materiales, es esencial realizar una inspección minuciosa de la construcción y estudiar la raíz del problema. Como se mencionó previamente, las causas genéricas de los patrones de deterioro en una edificación son la presencia de agua en distintos aspectos de la construcción o el suelo, los movimientos de los materiales o sistemas, y las acciones físicas, químicas o biológicas.

Segundo paso

El siguiente paso consistirá en elaborar un informe diagnóstico. Una vez que hayamos completado el estudio de los patrones de deterioro observados, procederemos a realizar el diagnóstico, delimitando claramente el área afectada por el problema. Luego, identificaremos los elementos o sistemas constructivos afectados para realizar un análisis detallado de la patología, describiendo la etiología de las lesiones observadas. Las lesiones se clasifican en diversas categorías según su tipología, incluyendo:

  1. Causas físicas: Estas pueden ser provocadas por humedad, erosión física o acumulación de suciedad.
  2. Causas mecánicas: Se refieren a deformaciones, agrietamientos, fisuras, desprendimientos o erosión mecánica.
  3. Causas químicas: Incluyen disgregación o disolución, oxidación, combustión, y meteorización.
  4. Causas electroquímicas: Están asociadas a la corrosión.
  5. Causas biológicas: Estas engloban problemas como la pudrición parda, la pudrición blanca y la disgregación.

Por último, se lleva a cabo una evaluación con la finalidad de poder conocer del nivel de riesgo que el estado de conservación del edificio representa para sus habitantes. Gracias a esto se puede determinar si la estructura inspira confianza o si existe algún peligro que pueda amenazar la salud o la vida de quienes residen en la propiedad. Con base en este dictamen, se formulan algunas recomendaciones correspondientes para poder afrontar y prevenir los deterioros presentados o para corregir aquellos de los que ya se tiene registro.

¿Cómo solucionarlo?

En el caso de las patologías de construcción, como en cualquier otro problema, es importante comenzar sabiendo cuál es la ubicación del problema antes de buscar una solución óptima para este.

Para esto, es necesario que se adquieran conocimientos sobre las patologías con la finalidad de poder saber cómo podremos abordar las causas y con esto, poder conseguir ayuda o en su defecto, encontrar posibles soluciones para corregir las patologías que afectan a los acabados, como las lesiones menores.

También se deben considerar aquellas patologías relacionadas con el suelo, las cuales pueden ocasionar daños en el edificio debido a una mala adecuación del terreno, así como las que surgen por esfuerzos no controlados que afectan a los elementos estructurales de concreto y por último, aquellas relacionadas con los techos.

Los expertos en la materia, como arquitectos y otros profesionales, junto con personas dedicadas a la construcción, incluyendo albañiles, fontaneros, electricistas, entre otros, van a ser de tus mejores aliados para poder estudiar cada caso específico y proponer las soluciones adecuadas.

Tratamientos para corregir patologías

Existe una problemática específica en la construcción que merece especial atención: los puentes térmicos. Estos representan una importante fuente de pérdida de energía en los edificios y se originan en la envolvente del mismo.

La resistencia térmica puede variar debido a un inadecuado aislamiento o al deterioro de los materiales de construcción, lo que resulta en zonas donde el calor se transmite más fácilmente. Los puentes térmicos pueden ser de dos tipos: estructurales y geométricos, estos tienden a manifestarse en áreas cercanas a la fachada exterior, en las conexiones entre tabiques interiores y muros exteriores, en los compartimentos de persianas y en los marcos de las ventanas.

Para poder minimizar los inconvenientes causados por los puentes térmicos, es esencial contar con un sistema de aislamiento térmico eficiente que fortalezca la envolvente del edificio. Una solución efectiva y actualmente destacada es el Sistema de Aislamiento Térmico Exterior. Este es uno de los sistemas que involucra la instalación de paneles en la parte externa del edificio, los cuales, son reforzados con múltiples capas de malla y mortero.

Estos paneles se encuentran fabricados con materiales altamente aislantes como poliestireno expandido blanco. Al adoptar este tipo de sistemas, se puede prevenir de manera efectiva las molestias y los costos asociados a las patologías de los puentes térmicos, brindando un entorno más confortable para los habitantes del edificio.

¿Quien escribió este artículo?

Equipo COARINS

Somos COARINS, una cooperativa de arquitectos, ingenieros y diseñadores de interiores apasionados por la educación de calidad en el sector de la construcción. Nuestro objetivo es brindar una formación integral y accesible para todos aquellos interesados en el diseño arquitectónico, ingeniería y diseño de interiores.


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